El rugido era estremecedor
y las calles copadas de gente disfrutando de la marcha del regreso a casa de unos
100 motociclistas, que como cada año exploran sobre ruedas lugares inhóspitos
del país... Eran ellos los de motocroossabanaiglesia
Esta vez con una logística coordinada por el señor
David Díaz y asistido por un grupo de fieles sabaniglesienses ausentes que por
meses han venido planificando sus aventuras del verano; esta vez, recorrieron
toda la sierra hasta desbocar en Jarabacoa, para desde manabao treparse por la Cienaga
hasta el génesis del Río Yaque hasta llegar a un encantador valle en la cima de lomas llamado Yaquecito. Ahí
les visitó la fría noche con una ligera lloviznas, sin embargo; el calor de la
fraternidad expresado en cherchas, cuentos y miles historias, calentó la noche más
que la fogata que alumbraba todo el campo.
Llegada la mañana;
el rugido de motores Cuatrimoto, Enduros y Cross asaltó el valle mientras se
treparon por lomas hasta La Culata de Constanza, para luego reposar en el valle
de los valientes del 14 de junio.
Pero había que
regresar... Se encendieron los motores de nuevo para descender a Jarabacoa una
vez mas pero por una ruta distinta... Allí las ansias de regresar a los suyos y disfrutar de la gran
PARADE que les esperaba desesperaba aún mas el acelerador a las orillas de uno
de los muchos ríos.
Atravesando el distrito
Tavera y parte de Baitoa, desfilaron ante una pueblo que los esperada con celulares
en las manos, ansiosos de saber... de saber que todos regresaron bien! Y así
fue; a pesar de muchos estrellones, nadie herido ni con huesos rotos, todos los
motores enteros... y la memoria llena de recuerdos e historias que nunca olvidaremos.