Freddy Tapia listindiario
Santo Domingo
La imagen de Manny Ramírez tirándose de
cabeza en tercera para llegar primero que el tiro realizado por Félix
Pie en un pasado encuentro contra las Estrellas en el Tetelo Vargas,
puede que testimonie mejor que sus palabras sobre lo bien que la ha
estado pasando esta vez en la Liga Dominicana.
“No le digo nada a los que así pudieran
pensar. Estoy aquí porque me gusta jugar pelota, me ha gustado la
competencia y el equipo de las Águilas”, argumenta Ramírez, acusado a
menudo de distraído.
“Los compañeros me han tratado bastante
bien. Aquí no hay estrellas, todos somos iguales”, manifiesta Ramírez,
cuyo promedio de -312, 555 jonrones y mil 831 impulsadas en 19 campañas
le han convertido en uno de los mejores bateadores derechos en la
historia de las Grandes Ligas, así como en la principal celebridad que
ha jugado en el torneo local.
Compañeros de viaje
Cuando no viaja en autobús con el
equipo, Manny se hace acompañar en su camioneta de doble cabina por
Juliana y Bernie Castro, a quien conoció én el 2005 cuando era una
estrella con los Medias Rojas de Boston y el hoy utility de las Águilas
pertenecía a los Orioles de Baltimore.
También por Ferreira, la persona que lo
formó como jugador cuando en 1985, a la edad de 12 años, llegó junto a
la familia a Washington Heighs procedente de República Dominicana.
Casi siempre hacen una parada para
degustar “la bandera dominicana”, arroz blanco con spaguettis o patica y
orejita de cerdo en la Plaza Jacaranda o en una fonda que hay en Piedra
Blanca, Bonao.