Doy por seguro que si mi madre hubiese estado a mi lado cuando decidí escribir este articulo, me hubiese sugerido no responder a gente que sin valor para expresar lo que sienten se esconden en el anonimato. Pero conociendo también la capacidad de cálculo de mama, no me cabe duda que después de leer este escrito, estaría de acuerdo conmigo. Anónimo, no se por que considera ser yo la persona ideal para recibir su mensaje. Hasta ahora no tenía intención de referirme a su tema sobre el alumbrado del play. Pero ya que se empeña en poner en entredicho mi participación en las cosas buenas que han hecho grande a Baitoa, le demostrare que el tiro le salio y siempre le saldrá por la culata.
Mire Anónimo, si a todos los que decimos amar a Baitoa se nos juntara y se nos ordena levantar la mano quienes de nosotros estando en condición de hacerlo, colaboro para que fuera una realidad la construcción del play que hoy se ilumina, quizás se asombre cuando se percate de que no todos los que son, están y no todos los que están, son. Anónimo, para que esa ceremonia tuviera la etiqueta de histórica, debió primero, premiar la historia. Sergio Pérez debió estar ahí, no solo utilizando su nombre, sabe Dios con que propósito, sino con su presencia. Naturalmente, para Sergio Pérez no había espacio en esa clase de ceremonia. Para Sergio Pérez estar ahí, tendría que hablarse de 22 o más anos de historia que nos llevarían al conocimiento de los arduos trabajos que hicieron posible la construcción del play que hoy se ilumina. Te acuerdas, Fernandito Rosa? La Crítica pasa. La obra queda."
Los funcionarios del gobierno y los dirigentes políticos presentes en la ceremonia y que tuvieran los meritos ante la meta alcanzada, debieron recibir el honor por haber premiado a Baitoa por su demostrada capacidad social, como bien escrita esta hace mas de 48 anos. Quien es Sergio Pérez? Por que se le pone su nombre al play?
Cuando se le puso? Quien se lo puso? Respondiendo correctamente esas 4 preguntas nos obligaría a tener una clara idea del por que Sergio Pérez no podía estar ahí. En cuanto a su última insinuación, solo le diré lo siguiente: Existe por ahí un periódico del año 1979, el cual testifica que dije en frente de muchos perredeístas y unos cuantos de sus principales dirigentes, que ese partido necesitaría en el futuro a hombres de sus filas que no temieran a la historia para que actuaran en su defensa.
Se supone que si me prepare como perredeísta, debo estarlo como hombre. No me asustan sus mugrosos deseos; he desarrollado toda mi vida en tres comunidades donde confluyen los reflejos sociales y por tanto políticos del país. En Baitoa, en Santiago y en Nueva York camino por sus calles con la misma seguridad que da como resultado el no sentir miedo. No se si usted podrá decir lo mismo. Le aseguro que no debes temer de mi sombra. Cuídese de la suya.
Por último, Anónimo, le sugiero leer mi próximo artículo, haciendo una exhortación al liderazgo político del país. Quizás ahí se de usted cuenta de lo grandioso que es saberse baitoero.