Por: Ing. Leonardo Pérez http://www.baitoatv.com/
Se levantó de la cama, precisamente 10 horas antes de morir para despalillar tabaco junto a sus hijos y esposa. Así de fuerte era el compromiso de Israel Sánchez en proveerle sustento a sus 9 hijos y su bella esposa.
Y es que a partir de su llegada a Baitoa desde el sector El Guano Santiago, se caracterizó por ser un hombre de trabajo, razón por la que una de las mujeres más bellas de su época; Olinda Díaz desde el sector La zanja, sucumbió ante su ternura para el amor y su fortaleza para el trabajo, procreándole 8 hijos hasta el momento de su muerte, mientras en su vientre cargaba otra espiga que se apresuraba en nacer.
Fue así; como comenzó la historia de esta pareja procreadora de una de las familias más connotadas de nuestra comunidad.
Sus hijos fueron Polin Sánchez; procreador de Marino “El tigre” y Ramonita. Wudelinda Sánchez; procreadora de Huáscar, Héctor, Pajelito, Anyelito y Franklyn. Antonio Sánchez; procreador de Mercedes, Ramón, Manuel y Robin “Pichón”. Gloria Sánchez; procreadora de 14 hijos entre lo que cuentan Hilario, Franquin, José, Uripide, Héctor “Síndico de Cotuí”, Melisa, Delsa y Jonnhy entre otros. Bartolo Sánchez (mi abuelo) procreador de José, Martha, Berto, Manuela, Manuel, Bartolito, Altagracia y Ricardo. Rafael Sánchez; procreador de Rafael “Buitre”, José Alberto “Negro”, Sandra y Javier “Tico”. Cesar Sánchez; procreador de Cesar, Marian, Frank y Yesenia. Guaro Sánchez; Procreador de Guarionex, Yohany, Sandra y Juan Rafael. Porfirio Sánchez (hijo que aún estaba en el vientre al momento de su muerte) Carolina, Francis, Reinaldo, Mari y Jesenia.
Por la partida a destiempo de Israel, estos niños despertaron toscamente a la adultez, buscando el sustento colectivo de la familia en base al legado de su padre, en base a lo único que dejó por herencia perpetua; el trabajo honesto y la fortaleza de espíritu.
Mi abuelo, a los 8 años despertó con la responsabilidad de proveer para sus hermanos, dado por alquiler, dando por trueque y dado por tratas, en medias de tierras ajenas. “Nunca supe lo que fue jugar” aún lamenta mi abuelo al recordar su historia.
Julio Cesar conocido como “Tío”, era el hermano menor de Israel y fue quien sustituyó la figura paterna del hogar, cansándose con la viuda de su hermano y procreando dos hijos más; Osiris Sánchez padre de Ingrid, Juan Alberto” Taqui”, Yily y Coquito. Finalmente Míguelo Sánchez (Quien hasta el momento no ha podido procrear). Son ellos quienes hoy se suman a la ecuación infinita de los descendientes Sánchez del Callejón.
Hoy me honra ser parte de un legado familiar lleno de colores y valores, por ello reflexiono tal cuál hiciera San Agustín; Si quieres ser grande, comienza por ser pequeño; si quieres construir un edificio que llegue hasta el cielo, piensa primero en poner el fundamento de la humildad. Cuanto mayor sea el futuro que se trate de levantar, tanto más hondo hay que cavar el cimiento. Y mientras se construye hacia lo alto, es preciso cavar el cimiento hasta lo más profundo. El edificio antes de subir se humilla, y su cúspide se erige después de la humillación.
Nota: Esta la 4da entrega de una serie de breves entregas que llamaré “Un abuelo extraordinario” con el interés de compartir con ustedes de las campesinas enseñanzas, del tierno amor y del extraordinario ejemplo de vida de mi iletrado abuelo materno; Bartolo Sánchez. PARA VER LAS ANTERIORES PUBLICACIONES, CLIK DEBAJO.