Por: Ing. Leonardo Pérez www.baitoaTV.com
“Regresé con dos maletas, un traje negro y deseos de cultivar la tierra"; enfatiza aún mi abuelo cuando refiere el momento que dejó detrás el sueño americano para acompañar a su esposa en la criaza de sus 5 hijos.
En la década del 60 con facilidades irrepetibles mi abuelo junto a varios de sus hermanos logró ingresar a los Estados Unidos, en busca del sueño americano. Todos se acostumbraron rápidamente a la cómoda vida norteamericana cambiando sus burros por ferrocarriles y sus afanes por prosperidad; sin embargo, dos años más tarde mi abuelo tomó la más drástica decisión de su vida, para convertirse hoy en mí más grande ejemplo de dignidad en los valores familiares.
Les cuento que por la condición de obreros temporales sus hermanos fueron obligados a regresar al país, sinembargo la suerte de mi abuelo fue otra, alcanzando una inimaginable extensión de tiempo en su estatus legal permanente. Logrando rápidamente estabilidad laborar, facilidades crediticias y hasta facilidades inmobiliarias… Pero luego de algún tiempo comenzó a preguntarse por las noches, si la felicidad individual valía más que la felicidad colectiva… Si acaso su presencia física podría ser sustituida por alimentos, abrigos y calzados. Se preguntaba como sería el carácter de sus hijos sin su presencia para corregirlos con su ejemplo de dignidad y trabajo. Se preguntaba además, hasta cuando soportaría la ausencia de sus lomas prestadas, de su rancho, su mujer y el olor de la tierra al paso del arado.
Una tarde de invierno del 1970, en el vuelo 024 de dominicana de aviación, regresó al país el antiguo agricultor, fundiéndose en un abrazo con sus hijos… Dos horas más tardes aún vestido con su traje negro, acompañó a sus hermanos a recoger una tremdenda cosecha de tabaco.
... Concluyo contando, que meses más tarde mi abuelo vendió su visa a un próspero comerciante de la actualidad, del que hasta el día de hoy reusa mencionar su nombre. De su trascendental decisión nunca se ha arrepentido, al contrario de manera enérgica siempre responde que lo haría mil veces más; mas yo finalmente hoy entiendo su silente mensaje:
Es que una buena familia, comienza con un buen ejemplo de los padres…. Tal vez en el dinero encuentres un poco de felicidad, en las amistades encuentres alegrías, en las medicinas la cura para tu enfermedad, pero el amor solo lo encontrarás en Dios y en tu familia. Y es que hoy entendí, que el que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo.
Nota: Esta la 2da entrega deuna serie de breves entregas que llamaré “Un abuelo extraordinario” con el interés de compartir con ustedes de las campesinas enseñanzas, del tierno amor y del extraordinario ejemplo de vida de mi iletrado abuelo materno; Bartolo Sánchez.