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Pocos juguetes reflejan tanta dominicanidad como este fu-fú ―el nombre cambia según la zona del país en que hayas crecido― y pocos producen tanta diversión a tan bajo precio. Hace un rato pasé por un colmado, recogí del suelo una tapita de refresco e intenté recordar un poco mi niñez. Cuando logré darle forma a la tapita casi se me salieron las lágrimas, pues creo que la última vez que hice un FU FU tenía 10 años. Si quieren jugar les prestaré el mío. (También echo el mío a pelear con cualquiera.)
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ES PROPICIO EL MOMENTO PARA ENSENARLE A NUESTROS HIJOS QUE NACIERON EN LA CUIDAD, COMO SE HACE Y JUEGA CON UN FUFU MORTAL...TOMELO COMO UNA ACTIVIDAD FAMILIAR EL DIA DE HOY.
