Cuando siento la satisfacción de realizar un servicio a una causa justa, jamás espero ser recompensado. Dios sabe que ante la oportunidad de tender la mano, me regocijo al comprender que con ello el me premia al poder devolverle parte de las cosas maravillosas con las que el me ha premiado.
Desde que comencé a llegar a muchos hermanos y hermanas de Baitoa a través de este importante medio, escribiendo algunos artículos, he recibido muchos mensajes de aliento y de deseos para que continúe haciéndolo.
Quiero agradecer, desde el fondo de mi corazón a todos los baitoeros y baitoeras que utilizando el espacio de mensajes de esta prestigiosa pagina, así como mi correo electrónico, me animan a que siga llevándoles mis puntos de vista con temas relacionados con el país y con nuestra comunidad.
A todas mis infinitas gracias, y Dios mediante, seguiremos juntos compartiendo vivencias.