Ya vimos en la primera parte, como fuimos beneficiados por el alza de precios de nuestros productos de exportación, principalmente del azúcar y el cacao, motivado a la escasez de estos en Europa debido a la guerra.
Previendo precios más altos que los de 1920, los comerciantes planearon para el año siguiente gigantescas operaciones de compra y venta, y situaron pedidos en el extranjero por valor de 40 millones de dólares, que para la época era una enorme cantidad. Pero ya en esos momentos la producción de azúcar de remolacha estaba recuperándose en Europa, y los demás países productores no europeos habían estado ampliando sus áreas cañeras y su producción con el propósito de aprovechar los altos precios y aumentar sus ganancias. De manera que en el momento en que todo el mundo esperaba grandes beneficios, la producción mundial de azúcar subió inesperadamente y el mercado se vio inundado, produciéndose una caída vertical de los precios de $22.50 el quintal a solo $2.00 en el ano 1921.
De buenas a primeras, los comerciantes se vieron inundados de mercancías que ahora no tenían salida, púes al no poder venderse el azúcar a los precios esperados, se produjo una gran depresión económica que se caracterizó por la falta de dinero. Junto con los precios del azúcar, también cayeron los del tabaco, los del cacao y los del café, y el país se vio envuelto en una crisis económica que arruinó a centenares de comerciantes, que se encontraron con sus establecimientos llenos de mercancías o de productos de exportación producidos o comprados a altos precios y con muy poca o ninguna salida como no fuera a bajísimos precios.
Los comerciantes se vieron obligados a cancelar muchos de sus pedidos, pero más de la mitad de los mismos ya habían llegado y tenían que pagarlos. Al no poder venderlos, muchos de ellos tuvieron que buscar arreglos con sus acreedores para saldar en pagos parciales las deudas contraídas tanto en el extranjero como con los mayoristas locales.
La Danza de los Millones" había terminado. En los pueblos y ciudades las quiebras se hicieron cosa de cada día. Hubo quiebras innecesarias, púes algunos comerciantes, por salvar su prestigio social, prefirieron sacrificar sus reservas pagando de contado las deudas contraídas en unos momentos en que muchos hábiles aprovechaban para no pagar. La crisis del ano1921 fue la primera de dos grandes crisis económicas que tuvieron lugar durante ese decenio y que dejaron postrada la economía dominicana en la década de 1930.
En nuestra reciente historia, se produjo otra situación parecida pero no igual a la que hemos narrado. Esta aconteció a finales de la década de 1970 y duro toda la del 1980. Este servidor opina que a esa etapa podríamos bautizarla con el nombre de "El Merengue de los Millones".
Si continuamos contando con el favor de este fenomenal medio informativo, próximamente, analizaremos ese acontecimiento, con la esperanza de contribuir un poquito al conocimiento de nuestro pasado.